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San Vicente Ferrer

Vicente Ferrer O.P. (Valencia, 23 de enero de 1350 – Vannes 5 de abril de 1419), en valenciano Vicent Ferrer, fue un dominico valenciano, taumaturgo, predicador, lógico y filósofo. Sus viajes de predicación le granjearon el aprecio de la población de distintas regiones de Europa. Luego de su canonización, en 1455, se convirtió en el patrón principal de la Comunidad Valenciana: en su conmemoración se levantan, en las calles de Valencia, escenarios llamados «altares» donde los niños representan escenas de su vida y milagros.

De acuerdo con la leyenda popular, Vicente Ferrer logró varios milagros alzando su dedo índice, razón por la cual se lo conoce cariñosamente como «Sant Vicent el del ditet». En la iconografía se lo suele representar con el dedo índice alzado hacia el cielo y con un par de alas a sus espaldas. Este último atributo es debido a su autodenominación como legatus a latere Christi (una especie de representante personal de Cristo) y al título de «ángel del Apocalipsis» que le valieron sus sermones, durante los cuales solía tocar el tema del Juicio Final e incluso anunciar la inminente

llegada del Anticristo (tal como hizo durante sus predicaciones en la ciudad de Toledo en 1411).

A raíz de una célebre visión que tuvo en la ciudad de Aviñón en el año 1398, Vicente Ferrer comenzó a realizar constantes viajes de predicación por diversas ciudades de Europa, en especial las italianas. Multitud de ermitas y altares recuerdan, en muchos rincones de la Europa occidental, anécdotas históricas o apócrifas sobre la multitud de milagros realizados por el propio santo, en su largo camino de predicación, o por sus reliquias.

Vicente Ferrer nació el 23 de enero de 1350 en el seno de una familia acomodada del cap i casal, la ciudad de Valencia.

El joven Vicente se inició en los estudios en una de las múltiples escuelas de latinidad de Valencia. Tras haber ingresado en el Convento de los Predicadores de Valencia, en febrero de 1367 tomó el hábito dominico. Entre 1368 y 1375 fue enviado por sus superiores a profundizar sus conocimientos en Lérida, Barcelona y Toulouse. En Lérida, donde se encontraba el Estudio General de la Corona de Aragón, dio clases como profesor de Lógica.

Vicente trabajó activamente en conseguir solucionar el llamado Cisma de Occidente. En 1377 regresaban los Papas a Roma tras casi tres cuartos de siglo en Avignon. Pero al morir Gregorio XI se eligió a Urbano VI, lo que llevó a graves disturbios y momentos de tensión con denuncias sobre la legalidad de la elección. Las ausencias de algunos electores y las presiones francesas a las que se sumó el cardenal español Pedro de Luna conocido posteriormente como el Papa Luna, llevó a que un grupo de electores declarara nula en agosto la elección y eligiera el 20 de septiembre a Clemente VII. La Europa cristiana quedaba dividida entre los que obedecían a Roma y los de Aviñón.

También hay que destacar su intervención en sentencias entre religiosos, o sus clases como profesor de teología en «La Seu» (catedral) de Valencia entre 1385 y 1390.

En 1394 fue elegido papa de Avignon Pedro de Luna como Benedicto XIII, y llamó a Vicente, le ofreció distinciones cardenalicias y obispados, pero Vicente no veía con buenos ojos el ambiente de la curia de Avignon y marcha al convento de los predicadores de la ciudad. El cisma le causaba un gran dolor interior, y en ese momento sufre una enfermedad que parecía llevarle a la muerte. El 3 de octubre tiene una visión que cambia el rumbo de su vida y desde ese momento se dedica a la predicación itinerante, a la que se consagra totalmente, recorriendo los caminos de Europa occidental a pie.

El 29 de junio de 1455 tras votarlo en el consejo de cardenales, Calixto III anunció la canonización de Vicente Ferrer (1435).