Cuando dio inicio a su obra, transformando su vivienda en asilo, el 28 de diciembre de 1886, respondió mucho más allá de lo esperado.
“No sólo con mi dinero sino con mi vida toda ayudaré a estos niños huérfanos… Mi casa será la de ellos…” fueron las palabras que dirigió a Fray Ángel María Boisdron, expresando el deseo más profundo de su corazón.
FIESTA DE LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR: nos relata la paregrina Egeria que esta fiesta celebra una llegada y dos encuentros. La llegada del esperado y deseado Salvador, y los encuentros con dos representantes del Pueblo de Israel, Simeón y Ana, íconos de los pobres de Yahvé, de los que ponen su esperanza sólo en Dios.