Beato Pierre Claverie
Pierre Claverie nació en Bab el-Oued el 8 de mayo de 1938, en la Argelia colonial. Su familia residía en ese país por cinco generaciones.
Desde que viaja a Francia en 1958, en plena batalla de Argelia, por comenzar sus estudios universitarios, toma conciencia de haber vivido allá en una burbuja colonial, ignorando al otro, al musulman argelino, mirándolo solo a través de clichés. Un intenso trabajo interior lo condujo a la via religiosa en la orden Dominicana.
Al finalizar sus estudios de filosofía y teología, regresó a Argelia en julio de 1967 y descubrió al final “su” país. Aprende árabe y se lanzó con pasión a descubrir un país recientemente independizado, y con ese aprendizaje del idioma logró tener muchos amigos argelinos.
Durante 15 años, está con Mons. Henri Teissier uno de los colaboradores más cercanos del Cardenal Duval, quien había comprendido que la nueva misión de la Iglesia de Argelia no tenía que ser una Iglesia de la Embajada, una supervivencia del pasado, sino una iglesia para Argelia, una iglesia argelina.Su misión no es convertir a los musulmanes, sino acompañar a un país que está reconstruyendo y vivir con los argelinos la aventura de la amistad y el encuentro.
Su claridad en el análisis de las situaciones y su profundidad espiritual le valió ser elegido el 5 de junio de 1981 como obispo de Orán, una pequeña diócesis en cuanto al tamaño de los fieles cristianos, pero muy rica en nacionalidades y especialmente que vive en profunda armonía con la sociedad argelina. Cuando la violencia abate el país, Pierre Claverie opta por poner las estructuras de su diócesis aún más al servicio de las necesidades de la población argelina.
En el momento de la violencia de la década de 1990, tomó la decisión de hablar, en solidaridad con sus amigos argelinos, intelectuales, artistas, mujeres, que hacen campaña por una Argelia abierta y no exclusiva.
Su propia experiencia le permite hablar con elocuencia sobre el significado del encuentro y la amistad. En la primavera de 1996, publicó cartas y mensajes desde Argelia.
Sus valientes palabras traspasaron las fronteras y le valieron un asesinato el 1 de agosto de 1996, unas semanas después de que los monjes trapenses de Tibhirine, hoy beatificados con él. En su funeral, la gente de Orán llegó masivamente a llorar a “su” obispo.
El deseo de la Iglesia de Argelia es que esta beatificación refuerce la amistad que estos testigos de la fe querían vivir con sus amigos argelinos.
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