El estudio en la Orden de Predicadores
Por Fray Timothy Radcliffe OP
«Cuando santo Domingo recorría el sur de Francia, su. vida en peligro, solia cantar alegremente: «Estaba siempre alegre y feliz, excepto cuando se movía compasión por las penas que afligian a su prójimo» (l). Y esta alegría de santo Domingo es inseparable de nuestra vocación de predicadores de la buena nueva. Estamos llamados a «dar razón de nuestra esperanza»(l Pe 3,15). Hoy en día, en un mundo crucificado por el sufrimiento, por la violencia y por la pobreza, nuestra. vocación es más ardua y más dificil que nunca. Hay una crisis de esperanza en todo el mundo. ¿Cómo debemos vivir la alegria de Domingo siendo hombres de nuestro tiempo y compartiendo las crisis de nuestra gente y la fuerza y debilidad de nuestra cultura?. ¿Cómo alimentar una esperanza profunda, fundados en la promesa inquebrantable de Dios que ofrece vida y felicidad para sus hijos?. En esta carta a la Orden expondré mi convicción de que una vida de estudio es uno de los modos de progresar en este amor que «todo lo excuse, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta»(1 Co 13,7)»