Tiempo de estudio compartido
Luego de la celebración de la misa, compartieron una sesión expositiva y un taller, animado por Fray Rafael Cúnsulo OP. En este espacio, remarcó la importancia de la doctrina de que los hombres tienen tres ojos: el del entendimiento para ver las cosas divinas; el ojo de la razón para ver el sí mismo interior y el ojo del sentido para observar el mundo. La lectura purifica los ojos y permite alcanzar el objetivo que es el encuentro con Jesús, la Palabra-Sabiduría hecha carne. Este tipo de lectio monacal, enraizada en la tradición de San Agustín, tuvo un gran desarrollo en el medioevo y especialmente en la mística de San Bernardo y en Hugo de San Víctor. También se remarcó la diferencia con la lectio dominicana, que busca contemplar para dar lo contemplado a los demás; mientras que en la lectio monacal tiene una mayor importancia el rumiar la palabra para convertirlo en alimento para la propia vida.
Por la tarde, las hermanas leyeron el libro “Las letras y el amor a Dios” de Leclerq y finalizaron el día con el análisis de la Regla de San Agustín y del texto de Paul Murray, OP: “Recuperando la dimensión contemplativa”.
El curso fue de mucho provecho, tanto para las hermanas de formación inicial como para las de formación permanente. Agradecemos la disponibilidad de Fr. Rafael para dar el curso y compartir todo el material trabajado.