Diplomado en Pastoral Juvenil Vocacional: Hna. Mariana González
«Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.»
Este poema de Antonio Machado refleja lo que implica el ponerse en camino, a salir al encuentro de los jóvenes reales, aquellos con necesidades, carencias y precariedades; Dios ya está en ellos, sigue llamándolos, son para nosotros el lugar teológico, como expresó el Sínodo de los Jóvenes, la Fe y el Discernimiento Vocacional. Esta proclama debe convertirse, para los que acompañamos a los jóvenes en el centro de nuestro accionar pastoral, es reconocer en ellos el rostro de Dios que vive en sus búsquedas, anhelos y deseos más profundos.
El cierre de la experiencia del Diplomado en Pastoral Juvenil y Vocacional, representa una puerta que se abre, para salir al camino, así como lo hizo Jesús con los discípulos de Emaús, cuando, antes de iluminarles con la Palabra, les preguntó: « ¿Qué conversación es esa que traéis mientras vais de camino?» (Lc 24,17). Las actitudes de Jesús reflejan este interés particular, al unirse a ellos en el camino tiene la delicadeza de conversar con ellos y compartirse a sí mismo. Los jóvenes expresan el deseo de ser escuchados, reconocidos y acompañados. Muchos sienten que su voz no es considerada en el contexto social y eclesial.
¿Cómo acompañar a los jóvenes para que reconozcan y acojan la llamada al amor y a la vida en plenitud? Radica en si la esencia misma del anuncio de Jesucristo y a considerar el mundo de las juventudes en su pluralidad, desafíos, búsquedas e interrogantes. Sigamos la propuesta de un itinerario de formación en la fe, orgánico, atractivo y atento a los signos de los tiempos, atentos a procesos, acompañando a los jóvenes en la concreción de su proyecto de vida. La vida de Jesús sigue siendo hoy profundamente atractiva y fuente de inspiración; para todos los jóvenes es una provocación que interpela (Sínodo 18, N° 81) porque Jesús tiene un vínculo personal con cada uno. La realidad muestra que Dios sigue llamando e invitando a los jóvenes a seguirlo. Sigamos haciendo camino al andar, juntos, saliendo al encuentro, preguntando a los y las jóvenes cuál es su conversación, sus búsquedas e inquietudes.
Agradezco de corazón la posibilidad de haber realizado este Diplomado y de haber compartido con hermanas – hermanos de distintos países de Latinoamérica, de reflexionar, analizar y comprender juntos los desafíos de acompañar e integrar las nuevas culturas y gramáticas de nuestras juventudes.
Fue un camino lleno de esperanzas, alegrías y de oración por la vida de cada uno y una de ellos.
Esta experiencia significó encontrarme con amigos y compañeros de camino, valientes, que hacen juntos camino al andar…