Recursos

Santa María Madre de Dios

Números 6, 22-27; Salmo 66; Gálatas 4, 4-7; Lucas 2, 16-21.

Hoy la Iglesia celebra la solemnidad de María Madre del Señor, Madre de Dios. Las lecturas nos ayudan a comprender el significado de esta fiesta a pesar de que la Iglesia la instituyera muy tardíamente.
Tanto el libro de los Números, la primera lectura, como el Evangelio, nos ponen de cara al reconocimiento y accionar de la bendición de Dios en nuestra vida. Veamos como una lectura del Antiguo Testamento y una del Nuevo Testamento nos ayudan a profundizar en esta solemnidad.
En el evangelio de Lucas encontramos tres grupos diferentes de personajes: los primeros son los pastores que van y anuncian la experiencia que han tenido en el encuentro con los ángeles; otro grupo son aquellos que no tienen nombre pero que si son testigos de lo que los pastores a su vez anuncian y se alegran por las maravillas que escuchan;por último están María y José. Este último no es nombrado pero si esta involucrado en el verbo en plural al final del texto que leemos hoy:“le pusieron por nombre Jesús”… cómo había sido anunciado por el ángel antes de su nacimiento.
Tanto si leemos el evangelio de Mateo… el Ángel le anuncia a José el nacimiento de un niño por obra del Espíritu Santo al cual le pondrán por nombre Jesús,qué significa “El Salvador-el que salva-Dios salva”; o si meditamos el evangelio de Lucas…el Ángel le anuncia a María el nacimiento de Jesús…“El Salvador”, nos encontramos con un nombre que nos bendice!
Los tres grupos de personajes contemplan, escuchan y se alegran de la bendición (PRESENCIA DEL NIÑO QUE TRAE LA SALVACIÓN) que Dios hace por su pueblo: los pastores se alegran porque lesha sido anunciado que Dios se hace cargo de la vida, del dolor, del futuro de su pueblo y les envía un Salvador.Los Testigos, que no son nombrados, se alegran por lo que escuchan.Tanto María y José se alegran porque el anunciado ya está presente en medio de su pueblo…en medio de su historia.
Pero entre ellos hay una actitud que la Iglesia quiere hacer resaltar en este día. María, la Madre del Señor, la Madre de Dios, no sólo escucha, se alegra y reconoce la bendición de Dios como Salvador como todos los otros, sino que la guarda en su corazón.
Esa escucha, esa alegría y ese reconocimiento se hacen vida en el corazón y en el interior de María como un reservorio de bendición que le transforma la vida.
María no es sólo Madre de Dios porque dijo sí al anuncio del Ángel, sino que Madre de Dios porque en esta actitud de guardar en su interior lo que contempla y escucha hace posible el acontecer de Dios en su vida.
Dios se hace vida para los demás en el corazón que acoge lo que acontece en la historia Dios.
Muchas cosas pueden pasar inadvertidas, muchas situaciones se invisibilizan, porque no reconocemos a Dios presente ya en la historia. María no solo lo reconoció sino que lo hizo carne en su vida. Ella es signo de ese compromiso con el acontecer de Dios en la historia.
Ella recibió la bendición de la primera lectura… miró el rostro de Dios, y ese rostro le tuvo misericordia y la llenó de su paz.
Esta oración tiene un contexto muy interesante.El pueblo de Israel estaba en el desierto y debía caminar por él; sólo lo podía hacer en la medida en que sentía la bendición de Dios en su vida. La bendición se expresa en esta frase tan gráfica:“El Señor te muestre su rostro”… ese rostro trasmite misericordia y paz.
Que la solemnidad de María como Madre del Señor… como Madre de Dios nos ayude a caminar en el desierto, dejándonos contemplar por el rostro de Dios para que, reconociéndolo se haga carne en nuestra vida a través de su misericordia y de su paz.