Testimonios de Búsquedas I 2019 en Zona Norte
Virginia Otranto. Colegio La Asunción (Santiago del Estero)
A Búsquedas fui con la cabeza llena de pensamientos desordenados, problemas, dudas, cansancios, inseguridades. No fui con la idea de buscarme, solamente quería apagar mi cabeza un tiempo y calmar mis pensamientos. La sorpresa que me llevé fue, que al contrario de apagarse, mi cabeza se encendió. Cada palabra, cada pregunta, cada actividad que se realizaba en el encuentro la encendía, cada consigna lograba llegarme y encender algo que había mantenido apagado mucho tiempo. Fueron las palabras justas que necesitaba en ese momento.
No sabía qué tan importante era encontrarnos hasta que estuve sentada en una escalera pensando en la pregunta ¿Quién soy?, y no sabía qué responder. Sabía quién fui, y quién quiero ser, pero no sabía cómo responder quién soy ahora. Es difícil aceptar que estamos perdidos para poder comenzar una búsqueda y hacerla desde lo más profundo.
Hablando con Mecha, una de las que coordinaron el encuentro, me di cuenta de que las herramientas las tenía en mi mano, más cerca de lo que me imaginaba y que solo necesito saber cómo usarlas. Recordando quién fui y pensar en quién quiero ser, solo falta elegir el camino para encontrar eso.
Hoy no puedo decir que me encontré porque la búsqueda de uno mismo es larga y a veces complicada, pero sí puedo decir que volví segura de lo que busco, de que voy a poder con esa búsqueda, de quiénes quiero que me acompañen y qué cosas quiero dejar atrás, de que por más complicado que sea, no voy a dejar de buscar.
Todos en nuestro interior tenemos una velita, tenemos que animarnos a buscar cómo encenderla y a mantenerla encendida. También volví feliz de conocer a todas esas personas que me acompañaron en esa búsqueda y que espero sigan estando presentes a pesar de la distancia.
Julieta García y Justina Rodríguez Ribet. Colegio Santa Rosa (Tucumán)
Este camino recorrido nos ayudó a conocernos un poco más, a saber quienes somos, quienes queremos ser, nuestros deseos y gustos. También para reconocer las necesidades y búsquedas de aquellas personas que necesitan ayuda para construir su balsa para seguir su camino. Para esto, cada uno debe saber cual es su destino y sentirse a gusto con él.
Sabemos que nada es instantáneo, sino que lleva un largo camino de búsqueda. Y como todo camino, también existen altas y bajas, caminos que se dividen, momentos que no queremos vivir e inquietudes, pero tenemos que aprender a superarlos porque forman parte de nuestra vida.
Facundo Guzmán. Colegio San Francisco (Tucumán)
Llegué a Búsquedas I con un montón de caminos inciertos, varias decisiones sin resolver. Estaba muy perdido, algo dentro de mí se sentía incompleto y vacío. Tenía muchos miedos, como el de no poder adaptarme al ambiente que había o no poder encontrar lo que estaba buscando. Pero apenas entramos a la casa nos hicieron hacer un juego que me gustó mucho y me ayudó a tomar confianza de a poco. Después, cuando nos separaron en grupos, fue donde empezó realmente el viaje para mí. Me tocó un grupo maravilloso, con personas predispuestas a hacerme sentir integrado y con las que teníamos algo en común: nos sentíamos perdidos, quizás en distintos aspectos, pero algo nos faltaba.
Con las actividades me fui realizando preguntas que antes no me había realizado. De a poco fui interactuando con cada una de las personas que habían ido y me di cuenta que yo no era el único que se sentía así. Me despertó el sentimiento de sentirme parte de todo eso y no alguien excluido.
También pasé por momentos difíciles, en los que me tuve que enfrentar con la realidad, decirme a mí mismo qué era lo que quería y quién era. Aprendí a ver que yo no podía solo, necesitaba a alguien y fundamentalmente sentí que Dios me puso ahí, con todas esas personas, en camino para mí misión.
Además, pasamos grandes momentos lindos, de risa, de sentirme completo, de sentir que había mejorado, encontrar realmente mis miedos, lo que me hacía mal, lo que hice bien y muchas cosas más que me quedarán marcadas.
Entendí que me fui con mucho más de lo que esperaba, me di cuenta de muchas cosas que antes no las tenía claras o desconocía. Y me voy con varios recuerdos y personas que llevo en el corazón, que seguirán conmigo siendo un gran apoyo para esta búsqueda interior que no termina.