Asamblea General de CODALC 2019
El 1 y 2 de febrero se celebraron las Asambleas conjuntas de CODALC y CIDALC. Iniciamos con un momento celebrativo en el que cada uno de los presentes manifestó lo que aporta a nuestra familia dominicana, creando un entramado de riquezas y de dones y luego peregrinamos junto a la imagen de Santo Domingo hasta la sala donde continuamos con la temática del día.
Fr. Bruno Cadoré, Maestro de la Orden y la Hna. Juana Segura, dominica de Santa Catalina, nos hicieron reflexionar sobre la compasión de Santo Domingo y de la Orden hoy, destacando que esto fue lo que puso toda la vida de Domingo en tensión al estudio de la Palabra y su proclamación, como camino de identificación con Cristo. Nos interpelaron a vivir la compasión como camino místico, de dar la vida por la reconciliación, arriesgando nuestra vida por el consuelo del mundo en la fraternidad, desde la vulnerabilidad expuesta. Nos invitaron a ser consoladores porque seguimos a Cristo, desafiándonos a vivir las obras de la misericordia desde nuestra vulnerabilidad. Por la tarde, en pequeños grupos continuamos profundizando en la temática desde nuestras experiencias.
El día 2 de febrero tuvimos una mesa panel con Susana Britos por CODALC, Sor Diana por los monasterios, Oscar Chavez por el MJD y Victoria Najel por los laicos asociados a las congregaciones de hermanas; donde cada uno, desde su propia perspectiva ahondó en la temática de la compasión en nuestro carisma.
A partir de la tarde, continuamos trabajando sólo las hermanas, para recibir los informes de la gestión del equipo de CODALC: la Hna. Noemí Zambrano realizó una presentación general de todo lo trabajado y animado en el trienio; la Hna. Marcela Soto expuso sobre su gestión de la JPIC y los vínculos con los organismos de la Orden; la Hna. Rosa Pérez Godinez dio cuenta de su trabajo en la secretaría y la animación de la zona de Mesoamérica; la Hna. Valeria Nougués presentó lo vivido en el VI Predicarte en Asunción del Paraguay y su animación del Cono Sur; y la Hna. Teresa Pagán compartió lo abordado en el Encuentro de Teólogas y la realidad del Caribe. Finalmente se informó sobre el Curso de Formadores y sus conclusiones.
Durante dos días, la Hna. Alejandra Marabotto, dominica de la Unión Santo Tomás, nos ayudó a profundizar en nuestra predicación como mujeres dominicas, expresando que nuestra predicación debería dar cuenta de quiénes somos; afirmó que nuestra predicación tiene entrañas de afectividad y se apoya en una ascesis de estudio. Expresó que el oficio del Verbo nos obliga todos los días a estar a la altura del Maestro, del cual queremos decir algo, invitándonos a pensar que somos predicadoras para que el mundo tenga vida y vida en abundancia, por lo cual, cabe que nuestra predicación sea bella, que nazca de la conciencia que nuestras heridas se curan en las heridas de la humanidad y que debe ser memorable, que dé ganas de revisitar nuestras palabras, porque son palabras con sentido, que dejan una huella para la vida, porque han nacido de un contexto de empatía y responden al hambre o la sed de quienes son los destinatarios de la misma. Enunció que nuestra predicación es un gesto en el aire, de lo que no se vuelve producto, un gesto para cuidar y engrandecer la vida.
En los días subsiguientes, se continuó trabajando sobre lo que las congregaciones valoran de CODALC y lo que necesitan como servicio para el próximo trienio. Se analizaron los estatutos y se definieron las siguientes prioridades:
1 – Desde nuestra identidad de mujeres predicadoras hacemos opción de seguir sembrando con esperanza en medio de una creación que gime.
2 – Desde nuestra identidad de mujeres predicadoras, reconociendo nuestra vulnerabilidad y atravesadas por la compasión, nos sentimos invitadas a cultivar la creatividad en nuevos espacios de predicación.
La Asamblea culminó con la elección del nuevo equipo de CODALC integrado por las Hnas: Noemí Zambrano, Marcela Soto, Teresa Antoine, Izide Santina Vecchi, y Rosa Peréz Godínez, cada una de ellas representan una de las zonas de nuestro continente.
Durante esta Asamblea cesó en sus servicios la Hna. Valeria, que durante seis años integró el equipo. Agradecemos a Dios la posibilidad de servir desde nuestra humilde congregación a la vida y comunión de las hermanas en América Latina y el Caribe.
El clima de sororidad, la riqueza de las múltiples realidades, la vida de cada congregación y sus búsquedas, nos alientan a continuar encontrándonos en estos espacios que nos hacen crecer como dominicas y nutren mutuamente nuestras vidas y predicación.
