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Cuatro impresiones del viaje a Tierra Santa 2018

03/06/2018

Compartimos el itinerario de la tercera Peregrinación a Tierra Santa, organizada por la Fundación Elmina Paz Gallo, a través de cinco testimonios de peregrinos:

  1. Hna. Liliana Badaloni,
  2. Graciela Daives de Marcotullio,
  3. Hna. María del Carmen Bellovino y
  4. Silvia Trobiani.

“Fueron 15 días. Éramos 17 peregrinos. Trece mujeres y cuatro varones. Dos matrimonios. Tres religiosas dominicas y laicos y laicas de Rosario, Santiago del Estero y Tucumán. Y nuestra animadora bíblico-espiritual: Hna. Mariana. Varios de nosotros nos conocíamos con anterioridad. Clima grupal de cordialidad, confianza, comprensión y solidaridad. Alegría y expectativas en el comienzo de la peregrinación. Gozo de perspectivas satisfechas al final de la misma.

Mi memoria evoca nuestro recorrido: Buenos Aires – Roma- Tel Aviv – Tiberíades – Petra -Jordania – Jerusalén – Tel Aviv – Roma – Buenos Aires.

Distintas imágenes de diversos lugares vuelven y vuelven en muchos momentos a mí, atrapando una y otra vez mi mirada interior: Haifa, Monte Carmelo; Caná de Galilea; Nazaret; Mar de Galilea; Río Jordán; Monte de las Bienaventuranzas; subida al Monte Nebo, desde donde vio Moisés la Tierra Prometida; Mar Muerto; Ein Karen, donde está el santuario de la Visitación de María a Isabel; Bet Sahur y la Basílica de la Natividad levantada sobre la Gruta del Nacimiento; Monte de los Olivos; Getsemaní en el Torrente Cedrón; recorrido por la Vía Dolorosa hasta el Santo Sepulcro; Basílica de la Resurrección…; Monte Sión; San Pedro “in Gallicantu”, donde se conmemora el arrepentimiento de Pedro…

Y ese concluir de nuestro caminar en Roma con la experiencia de la visita a la Plaza San Pedro y la vivencia de la Audiencia Papal, lo experimento como un regalo a nuestra Peregrinación.

Intensa Peregrinación que logró actualizar en cada uno de nosotros la intensidad de nuestras vidas.

Peregrinación recorriendo lo geográfico; actualizando lo histórico de cada lugar; reeditando las expresiones de la Tradición, pero fundamentalmente Peregrinación que fue un “viaje al fondo del alma”; un peregrinar nuevamente la propia historia; repasarla; mirarla con otros ojos: con ojos transformados por el Camino de Jesús; con ojos comprensivos; con ojos de misericordia; con ojos que devuelven el sentido; con ojos que sanan y energizan.

Peregrinación en la que la historia de Jesús de Nazaret tocó nuevamente nuestras vidas, tocó nuestras fibras íntimas; sacudió nuestra sensibilidad y nuestra emotividad. Jesús volvió a pasar y esta vez de otra manera…

Gracias al Dios Misterio por haber permitido que viviésemos esta experiencia; por haberte sentido tan cerca de nosotros en todo.

Gracias a mi Congregación por haberme facilitado el viaje.

Gracias Hna. Mariana por tu cercanía; por los detalles de tus actitudes serviciales y amorosas hacia cada peregrino; gracias por tu sabiduría bíblica. Gracias a nuestros guías en lo geográfico e histórico de cada uno de los lugares. Gracias a Ximena Martínez Folquer por sus desvelos en la organización del viaje. Gracias al grupo de Peregrinos. Hemos vivido una experiencia de Comunidad evangélica. GRACIAS.”

Hna. Liliana Badaloni.

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FOTO ROMA“Sé que Dios tiene un Proyecto para cada uno de nosotros y creo que elige el lugar y el momento oportuno para llevarlo adelante; solo nos hace falta saber ver.

Es lo que me sucedió con este viaje a Tierra Santa; a pesar de algunos contratiempos (de salud y de los otros) pudimos concretar un viaje anhelado desde hace mucho tiempo.

Así es que nos unimos a este grupo de peregrinos, guiados por una persona muy especial, la Hna. Mariana Zossi OP., de quien solo tenemos palabras de agradecimiento por tantos dones derramados para con todos nosotros; su calidad humana y alegría fueron el eje para lograr la cohesión en un grupo en el que éramos pocos los que nos conocíamos. Con toda su humilde sabiduría Bíblica supo crear el clima necesario para escuchar la Palabra y su contexto antes de transitar cada uno de los lugares sagrados.

Y de los lugares… Galilea, la Mensa Christi a orillas del lago y la escalinata, me imaginaba a Jesús compartiendo un desayuno con Pedro, Santiago; navegar por ese mar de Galilea, en esas aguas tan hermosas ¡con tanta Paz!

Descubrir Jerash, su teatro, esas calles sembradas de columnas y por fin llegar al querido e inolvidable Río Jordán, el bautismo, la ceremonia, el clima de recogimiento… ¡tan emotivo!

Y llegamos a Petra, majestuosa, el tamaño y colorido de la piedra impresionante, unido a la experiencia de andar en camello ¡tan lindo!

El Mar Muerto ¡tenía tanta curiosidad por hacer la experiencia! Fue divertido…

Y el gran regalo, llegar a la ciudad santa de Jerusalén, en Shabat, ¡qué experiencia! Ahí entendí por qué tantas veces en los Evangelios se dice “subió”, subía, porque todo Jerusalén son montañas, de Jericó a Jerusalén cantando “ya están pisando nuestros pies…”

Lo que más me conmovió fue visitar Belén, el lugar del Nacimiento, fue conmovedor, tomar conciencia que en ese lugar nació nuestro Señor, la historia del mundo fue antes y después de Él. Un viaje interior al propio nacimiento e identidad de cristiana.

También me impactó la tensa convivencia de las culturas hebreas, musulmanas y cristianas, la administración compartida de templos y lugares sagrados.

El Huerto de los Olivos, con esos árboles añejos, tal como debe haber sido en ese tiempo Getsemaní.

Una de las cosas también lindas fue conocer el Convento de los dominicos y la Biblioteca espectacular que tienen. Además al otro día fuimos a celebrar la misa que el padre Jorge ofició exclusivamente para nosotros ¡en pleno corazón de Jerusalén!

Fue muy bueno apreciar la obra de Barluzzi y tener a la Hna. Valeria que nos explicaba el significado de los distintos colores que utilizó el pintor para expresar lo sagrado de cada Capilla que visitamos.

Tenía otras expectativas del Muro de los Lamentos, cuando conocimos el lugar previa explicación del Templo de Salomón, estar ahí realmente fue sin sentido, entendí que no era sagrado al menos para mí.

Y finalmente Roma, siempre linda. Ahora muy fría. Impactante asistir a la Misa de Cenere (Cenizas) en Santa María Maggiore.

La “Audiencia” con el Papa en realidad fue en la Plaza en un día excesivamente frío.

¡Un viaje… INOLVIDABLE!”

Graciela Daives de Marcotullio.

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FOTO MAR DE GALILEA«Llegamos exactamente donde debemos llegar, porque la mano de Dios siempre guía aquél que marcha con fe».

Está frase estaba escrita en uno de los cuadernillos que nos dieron en preparación  para iniciar esta peregrinación,  y me ayudó mucho, porque desde el comienzo sentí que Dios nos guiaba, que El nos acompañaba.
El 5 de Marzo cumplo 40 años  de vida religiosa y quiero agradecer a mi Congregación  que me posibilitará realizar este viaje, es un regalo que ha fortalecido mi fe.

Inevitablemente uno hace un balance de estos años  vividos siendo Consagrada en una Congregación Dominica perteneciendo a una Orden de tamaña  magnitud como lo es la Orden Dominicana, que envuelve tu corazón y tu alma de una gran pasión, la pasión por la Verdad.

En este tiempo de balance se me hizo muy presente las palabras del Papa Francisco en el año  de la vida consagrada: «Mirar el pasado con gratitud, vivir el presente con pasión y abrazar con esperanza el futuro». Y como lo dije el ese 5 de Marzo de 1978 «Cantaré  eternamente la misericordia del Señor» y me puse en camino.
Ser peregrino en los lugares donde vivió y murió Jesús es una experiencia única.  Entrar a Jerusalén cantando el salmo 121″ que alegría cuando me dijeron vamos a la casa del Señor…», es verdaderamente  sentir la alegría, el gozo de tocar tierra sagrada.
Podría nombrar muchos de los lugares significativos de este viaje que tocaron mi alma, pero me quedo sencillamente cuando navegamos por el mar de Galilea, fue un silencio tan profundo que viví, realmente una oración  de contemplación,  donde me encontré  con la mirada de Jesús.

Lo dijo Pablo VI en su visita a Tierra Santa «Lo mismo que existe una historia de salvación  existe una geografía de salvación». Contemplar los valles, los montes, por donde él camino, ver lo que él  vio, es algo muy profundo que te ayuda a comprender mejor el Evangelio. La hermana Mariana en cada lugar importante nos invitaba a leer el Evangelio correspondiente y la palabra de Dios iba llenando nuestros corazones.

Quiero agradecer a los compañeros de peregrinación porque peregrinar es caminar con otros y así lo hicimos, gracias a todos, a la hermana Mariana que nos guió  y nos fue compartiendo todo su saber y transmitiendo la espiritualidad de esta tierra sagrada, a Ximena Martínez Folquer la organización  del viaje.

Gracias a Dios que guió nuestros pasos.

Hna. Ma. del Carmen Bellovino.

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FOTO CAMPO DE LOS PASTORESDesde hace un tiempo bastante prolongado uno de mis objetivos, creo que más que eso, un deseo profundo de conocer la tierra de Jesús. (…)

Enero del 2018 de acercaba el momento de viajar y los nervios me traicionaban, estaba inquieta, intranquila, no sabía realmente donde iba, si estaba bien lo que hacía a pesar de que todos mi allegados me alentaban.

Por fin llego el gran día, la primera emoción y con lagrimas en los ojos fue cuando despego el avión ya que nunca había viajado por ese medio de trasporte y fue para ir a visitar la tierra de Jesús.

Ya estando en el lugar, todo me sorprendía y día tras día mi corazón se agitaba cada vez más mediante el asombro, la emoción, la alegría, la tristeza, el llanto, las lágrimas…

No tengo palabras para poder expresar lo vivido en la renovación de mi bautismo y de mis compañeros de viaje en el río Jordán, cada día la presencia de Jesús en mí era más fuerte.

Cada lugar, cada encuentro, cada día tuvieron sus encantos, en las bienaventuranzas sentí que me trasportaba, que me elevaba al escuchar los cantos y las oraciones de diferentes grupos que pasaban por el lugar. Sentí la presencia de Jesús en cada persona que pasaba a mi lado, el mundo completo esta venerando a Nuestro Señor, si el Mundo, todos somos hijos de Dios.

Cada visita que hicimos fue diferente y movilizadora, llegar a Roma, visitar la otra parte de la fe y encontrarnos con el Santo Padre, mirarlo, escucharlo, fue cerrar esta peregrinación abriendo más mi corazón para amar al hermano que está a mi lado desde la sencillez, humildad, paciencia, pero por sobre todas las cosas, el perdón y la oración para lograr la paz entre todos.

Sentí muy fuerte la presencia de Dios en todos los que fuimos a peregrinar, pero no me canso de decir que en mi cabeza tengo un rompecabeza que estando allá no lo pude armar; llegando a mi país y mientras trascurren los días, voy encastrando las piezas pero ahora desde otro lugar.

Mi Dios se está revelado cada día con su fuerte presencia.

Podría escribir, escribir, contar y contar llenado hojas tras hojas pero simplemente quiero terminar con un GRACIAS a mi Dios que quiso que vaya a su tierra y un GRACIAS a todos los que se alegraron conmigo.

Silvia Trobiani.